The Club

Blog

RENOVARSE O MORIR... ¡PERO NO A CUALQUIER PRECIO!

21 Junio, 2017

Profesionales que aún ejercen en la profesión publicitaria recuerdan nostálgicos las cabinas de teléfono, el fax o los trípticos impresos con localizaciones. Algunos se han quedado anclados en el pasado, no sabiendo adaptarse a un presente que está en constante cambio. Otros han resurgido de las cenizas y sobreviven en un mar de nuevos talentos que cada día son más afines a la tecnología.

¿Cuántos de nosotros hemos negociado una tarifa por Whatsapp? ¿A cuántos nos han pedido organizar una conference call en la que los participantes serían de Noruega, China y Brasil? ¿Cuántos hemos metido, dentro de 10 iPads, documentos en pdf llenos de links a todas las webs habidas y por haber?

Para el sector audiovisual y, en concreto, para el departamento de producción, los avances tecnológicos han significado más agilidad y eficacia en los procesos.

Es verdad que somos mucho más resolutivos, pero la tecnología también exige un “lo quiero aquí y ahora”. Exige una dedicación constante, porque nos acompaña a todas partes. Es imposible escapar del futuro.

El diminutivo asap (de la voz inglesa as soon as possible) ha cobrado fuerza desde que usamos smartphones, ordenadores indestructibles ante un virus, memorias RAM que nunca hubiéramos imaginado y aplicaciones y programas que hacen que todo esté sincronizado. Hoy en día da igual que te pidan enviar un casting mientras bañas a tu hijo, porque existen los servidores online y las excusas ya no sirven.

Por otro lado, y aunque los avances tecnológicos nos ayuden de forma excepcional en nuestro oficio y, por extensión, en la vida, existe otra discusión constante: ¿la tecnología nos hace ser más inteligentes o por lo contrario nos atonta? 

Está demostrado que muchos de los avances tecnológicos estimulan ciertas partes de nuestra mente, pero estoy convencida de que ralentizan otras.

El que nostálgico recuerda cómo tenía que llegar antes de que cerraran la copistería para imprimir las localizaciones, ahora con su cámara que lanza ráfagas de 10 fotos por segundo rara vez piensa antes de fotografiar. ¿Qué queremos comunicar en este espacio? ¿Qué tipo de encuadre busca el director? ¿Qué intención le queremos dar a la acción? Son preguntas que muchas veces ya no se formulan a cambio de conseguir más material. ¿Estamos cambiando el trabajo de calidad por volumen de trabajo? ¿Estamos cambiando el pensamiento por mero asap?

Por supuesto que hay que estar al día, hacerse a los tiempos. ¡Renovarse o morir! Pero no olvidemos pensar y argumentar.

Foto de Portada: Apocalypse Now On Set (1979).

Foto en el Artículo: The Day of the Locust On Set (1975).